Ésta bajada ha sido sólo en tres días, así que estoy un poco asombrada porque no he hecho nada especial... Como ya he dicho otras veces, no tengo mucho poder de decisión sobre lo que voy a comer, porque estoy trabajando de au pair ahora mismo, así que me adapto a lo que come mi familia aquí, sólo los días que tengo descanso puedo decidir un poco más que comer. Lo que si he estado controlando es tomar menos cantidad en cada comida, beber mucha agua y tés. De momento parece que ha funcionado. Espero que continúe bajando, aunque sea a un ritmo más lento, con que no vuelva a subir me conformo.
¡Ánimo chicas! ¡Que aunque hayamos hecho algunos estragos estos días de fiesta, debemos volver a retomar nuestros caminos!
Todos tenemos por ahí una lista de propósitos. Posiblemente sin cumplir. Posiblemente desde el mes de enero. Posiblemente desde el mes de enero de hace varios años. Pues bien, ésta es la mía.
jueves, 9 de abril de 2015
sábado, 4 de abril de 2015
Semana Santa... o no tan santa.
Creo que esta semana lo que hay que decir es un poco lo de todo el mundo que se ha propuesto hacer algo, especialmente adelgazar. Y es que ésta semana de desahogo en medio de toda la rutina ¿a quién no le viene bien para romper un poco con las normas? No deberíamos, ya lo sé, pero algo habrá que decirse para no sentirse tan mal, sobre todo porque también me seguiría sintiendo mal si sé que no he aprovechado las pocas comidas que puedo tener con mi novio, mi familia y mis amigos (por eso de vivir y trabajar lejos).
Luego hay capullos integrales que mientras estás teniendo una de esas comidas, no sé si a propósito o no -quiero pensar que no- te las amarga. Como el camarero tan majo que me encontré el otro día comiendo con mi novio en La Tagliatella. Ya sabíamos que las raciones ahí eran grandes, y normalmente hubiéramos compartido el primero y luego cada uno un principal o algo así, pero teníamos el vale ese de descuento de 20 euros por tu cumpleaños, siempre y cuando llegues a los 40, así que vigilamos menos pensando que quizá no llegábamos. Pues después de acabar una ensalada y tres cuartos del plato de pasta que me pedí, sin postre ni nada, viene el majo del camarero a recoger los platos y me dice algo así como "estoy sorprendido, eres la primera tía que veo comer como un tio". Dudando mucho de que eso sea verdad, como si me da la gana de pedirme un jabalí ¿qué mierda tiene que decir él de lo que tengo que comer o no? Está claro que era un idiota que por supuesto no estaba haciendo bien su trabajo, pero a mi me amargó la comida y el resto de la tarde.
Hoy justo he leído por ahí en otro de vuestros blogs sobre lo de comentarios hirientes que a veces hace la gente sobre nuestro físico. Para muestra un botón. Seguramente no todos van con mala intenición, pero duelen porque es algo que tú tienes en mente y quieres cambiar y a veces hasta nos obsesiona, pero mientras no podemos cambiarlo o lo intentamos, ese tipo de comentarios nos (o me) hacen sentir lo peor por no poder conseguirlo.
Presentarnos con un cuerpazo de infarto ante esa gente sería un buen zas en toda la boca, que a más de una nos gustaría, pero quién quiere criticar siempre encuentra algo para hacerlo. Nuestro (mí) mayor reto siempre va a ser conmigo misma.
Y por los deslices de ésta semana.... a disfrutarlos mucho, y que nos sirva para coger la fuerza y la energía que necesitamos para la próxima semana estar un poquito más cerca de lo que orgullosas que queremos estar.
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