martes, 12 de mayo de 2015

Aquí sigo...

Hace muchas semanas que no escribo y sinceramente tampoco lo hago ahora con muchas ganas, supongo que porque estoy un poco decepcionada conmigo misma: llevo semanas atascada en el 73 arriba abajo. 

¿Por qué me cuesta tanto bajar? Estoy comiendo más sano que nunca: como más verdura y más frutas y ensalada a diario, menos embutido y carnes, no desayuno bollería industrial sino leche de soja con cereales integrales, plátano y fresas -o de vez en cuando tostadas con un poquito de mantequilla y mermelada- me bebo casi siempre una vez al día un green juice de los que me hace mi host mom. Eso sí, no he podido dejar la tentación de comer alguna marranada de vez en cuando, pero no me paso como antes ¡ni mucho menos! Con marranada me refiero  un yogur de chocolate, una galleta de chocolate, un trocito de chocolate... vamos, que queda patente cuál es mi debilidad. Pero es que la ansiedad me puede. En resumen, como mejor de lo que he hecho nunca, creo. También he bajado un poco las cantidades, pero yo que sé... se ve que no es suficiente. Estoy un poco hartita...  Si al menos bajara aunque fueran gramos... Ya no seria la misma maldición de ver en la báscula cada mañana lo mismo. 

También salgo a caminar bastante. Mínimo siempre tres días a la semana y suelen ser caminatas de una hora por la montaña (que es donde trabajo de au pair, en un valle de Girona rodeada de campos y zona volcánica con un montón de caminos que ya he explorado y otros tantos que aún me faltan). También voy a tener que hacer esto más días o aumentar la intensidad o algo... A partir de la semana que viene también tendremos ya disponible la piscina, así que aprovecharé para coger la rutina de hace piscinas también que es algo que me gusta bastante y qué mejor con los calores que está haciendo últimamente...

Aún así, y aunque este post no lo parezca, por lo general estoy contenta, no dejo que esto me afecte demasiado, porque aunque el peso vaya por su lado, yo me siento bien. También tengo otras cosas de las que preocuparme, como los exámenes de inglés que son en un par de semanas y ahí podré comprobar cuánto me han servido estos últimos 6 meses como au pair (aunque aún me queden 3). 



Y aunque ésta que voy a explicar no sea una preocupación tangible, en mi mente siempre estoy pensando en todas las cosas que quiero hacer... Procastino demasiado... Estoy intentando cambiar eso, pero al final siempre me queda algo pendiente por leer (mi gran hobby), algo que hacer de deberes de inglés, alguna manualidad que hacer para los niños, algunas fotos que ordenar en el ordenador, algunos cajones que ordenar... Ya me gusta de por sí hacer listas, pero es que mi cabeza es también una gran lista de cosas por hacer siempre. Cuando consigo hacer unas pocas ya me impongo más. Vivo como estresada eternamente cuando sé que no tendría por qué. También afecta que esté viviendo como en dos sitios a la vez -la casa en la que trabajo como au pair y la mia, bueno, la de mis padres-. No sólo yo voy de aquí para allá, sino también muchas de mis cosas y al final tengo muchas repetidas, o necesito algo del otro lado... La sensación es como que me gustaría que se parara un momento el tiempo y yo poder vaciarme de TODAS LAS COSAS PENDIENTES. Aunque entonces no sería un momento: sería mucho más, quizá semanas enteras. 

Antes, con la universidad, vivía centrada en mis estudios, mis amigos de la uni, mis cosas en el piso en que vivía con mis compañeras... Pero ahora, siendo au pair, estando lejos -relativamente- puedo dedicarme a pensar en mi y estoy conociendo mejor mi cuerpo, una idea más clara de lo que soy y de lo que quiero ser -que no de lo que quiero hacer, porque ese es otro de los pensamientos recurrentes en mi mente que tampoco me deja descansar...-. Pero ahí estamos otra vez: lo que quiero ser. Otra cosa pendiente. Otra meta más por cumplir. Es agotador. 

Siempre voy leyendo blogs por aquí y por allá pero desde hace un tiempo éste: http://viajealminimalismo.blogspot.com.es/ , me ha inspirado para ver un poquito más claro el camino a seguir... Necesito esa filosofía para poder quitarme peso de encima de mi mente... Y cómo ya ha hecho Esther, me muero de ganas de desastrear mi casa, aunque ahora no puedo porque no vivo ahí, pero hay cosas acumuladas de 5 personas en 25 años y en 90 metros cuadrados y unas golfas. Pero esto tendrá que esperar hasta septiembre cuando vuelva. Mientras tanto intentaré hacer un esfuerzo por no procastinar tanto y poner más fuerza de voluntad... 



Así que para transformar todo esto en objetivos más concretos (a ver si así me ayudan a verlo con más claridad, como dicen) necesitaría empezar por:

- Ponerme al día con todos los artículos y libros de inglés: a parte de lo que me manda mi host mom, tengo varios libros empezados de la biblioteca - y que, por cierto, tendría que haber devuelto ya-. Para eso tendré que hacer un sobre esfuerzo porque tengo mucho acumulado. 

- Intentar encontrar estrategias para aliviar la ansiedad que me provoca no poder comer mis marranadas. Quizá debería volver a apuntarme todo lo que como, a ver si así por escrito reacciono más. Pero después de un día de ejercicio y comida sana es una pena tirarlo así por la borda, o al menos eso es lo que yo siento, porque la decepción es conmigo misma, aunque no sea algo importante caloricámente hablando... 

- Practicar más deporte. Haré natación e intentaré pedirle a la madre si puedo utilizar su máquina de correr por las noches después de acostar a los niños (sobre las 9 de la noche). Creo que es un buen mometo, porque por las mañanas que es cuando salgo a caminar, siempre depende de lo que tengo que hacer el resto del día y los horarios cambian... pero si cojo el hábito de aunque sea media hora por la noche 5 días a la semana, eso se notará o eso espero. 

No tengo que conseguirlo todo YA. Lo sé. Pero intentaré que cada día me vaya a dormir con la sensación de haber hecho todo lo que podía ese día. Día a día, así se consiguen las cosas.